4 La Muerte es sólo el Comienzo por Velkan Corvinus

 



Por Velkan Corvinus "el Viejo"

(Primera publicación en la revista "Acephale No. 8"; Cuento 4to de la línea principal del Codex Tempesta) 



Se abre la puerta y alguien prende la luz, eran unos hombres extraños con máscaras que traían comida para todos los que estábamos en esta habitación gris y oscura cuya única entrada y salida era esa puerta por donde ellos entraron.

 

Coman rápido, no tengo todo el día— dijo ese hombre con la máscara negra cuando nos dejó los platos cerca de nuestros pies.

 

Con lo que dijo supe que era de día, ya que aquí no hay ventadas y nunca hay luz, solamente hay luz cuando alguien va a entrar.

 

Ya no recuerdo cuando fue la última vez que yo estuve afuera de este lugar. Mi familia y yo habíamos salido a las afueras de la ciudad para celebrar mi cumpleaños 11 adelantado sólo nosotros, mi papá, mi mamá y mi hermana. En un principio mi fiesta iba ser en un salón sencillo con todos mis amigos, pero dado un incidente que ocurrió en los departamentos cercanos al campo de futbol donde yo jugaba, además de que uno de mis amigos, Jake, estaba desaparecido, las cosas no estaban bien como para hacer una fiesta en la ciudad o invitar a los demás, ya que las cosas no eran bonitas.

 

Al final mis padres optaron por hacer mi cumpleaños afuera de la ciudad solamente en familia, lo cual me pareció bien, ya que quería despejarme de todo lo que estaba ocurriendo. Mi padre decidió que iríamos de picnic a las afueras de la ciudad en dirección hacia Los Ángeles pero sin retirarnos demasiado de la ciudad.

 

Mi padre era médico cirujano, por lo cual era muy requerido en el hospital por lo cual en sus días libres escogió celebrar mi cumpleaños, aunque fuera una semana antes del día ya que después no tendría tiempo. Mi hermana era la clásica chica rebelde, su ideal de mujer a convertirse era Taylor Momsen, a lo cual ella se parecía físicamente mucho. No era tan emotiva como otras chicas de su edad, como de antros, compras y esa clase de cosas, y aunque ella era mi hermana mayor, trataba de defenderla de los idiotas vulgares que siempre trataban de acosarla.

 

Yo desde más pequeño trabajé con amigos de mi tío Roy en los supermercados, carnicerías, y bodegas como ayudante o cargador. Ganaba mi dinero propio y me hice maduro de forma más rápida que los otros niños de mi edad, pero nunca dejé que mis actividades de trabajo o el estilo de vida que llevaba contaminaran o volvieran de forma sombría mi época de niñez que era jugar futbol con mis amigos, coleccionar cartas, debatir si Batman es mejor que Superman y esa clase de cosas.

 

En los ratos libres de mi trabajo es cuando aprendí a jugar naipes con mis compañeros, me apodaron Oliver Twist, ya que a pesar de mi edad era muy despierto y sabía como cuidar de mi en las calles. A pesar de yo venir de una clase media alta, más que nada por el cargo de mi padre, siempre me relacioné con personas de clases más bajas que yo, esto en su parte porque los hijos de los amigos de mi padre, los niños ricos de la ciudad, eran todo menos agradables y nada divertidos. En cambio, los chicos que juegan futbol en el lodo, o cartas en los callejones, con ellos la aventura nunca termina.

 

Una vez, Stevie, un amigo que trabaja en la taberna de su padre como lava platos, me enseño el arte del robo sigiloso, esa forma de robarle a la genta las cosas como carteras, relojes y todo lo que se pudiera sin que éstos se dieran cuenta. Me metí en varios problemas ya que al inicio al ser nuevo en esto llegaba a equivocarme, pero con la práctica podía quitarles a los demás lo que sea sin que jamás se dieran cuenta.

 

Michas veces mi hermana me pidió ayuda para ese tipo de cosas, ya que al varias chicas de la escuela la molestaban ya que los chicos sólo se fijaban en mi hermana ya que era muy atractiva y hacía que los otras chicas, las “populares” sintieran celos de ella, insultándola o diciéndole rata gótica, freak, rara, y demás cosas. Mi hermana era de carácter fuerte y no se dejaba amedrentar de nada, pero las demás chicas le abrían el casillero y le destrozaban sus cosas, le ponían bombas de pintura, o le robaban fotos de su inspiración de artista como es Momsen y fotos de los chicos que a ella le gustaban y se burlaban de ella humillándola, a lo cual en estos casos se iba al baño y lloraba en silencio para que nadie la pudiera ver así.

 

Esa vez me pidió que le ayudara a robarle varias cosas a esas chicas, a lo cual acepté con gusto. Les robe llaves, carteras, y lo más importante, sus celulares. Al dárselos a mi hermana, ella junto con dos de sus amigas, empezaron a husmear en los celulares de las populares y a ventilar toda clase de secretos de ellas en la escuela, el resto es historia.

 

Al final regresé los celulares a sus dueñas de una forma en que nunca supieron que fui yo quien los tomó, y aunque tenían una fuerte sospecha que fue mi hermana quien causo todo eso jamás pudieron comprobarlo y dejaron de molestarla con el temor de que pasara algo peor.

 

Aunque mi hermana era la mayor, pareciera que yo siempre era al mayor que la cuidaba siempre. Eso hasta el día del picnic.

 

En mi día de celebración mi padre nos llevó a un campo verde cerca de la carretera que se juntaba con el bosque, en el lugar había asientos hechos con partes de troncos y ramas cecas. El lugar era especial para mi padre ya que aquí el iba con mi madre cuando eran novios y fue aquí donde le propuso matrimonio.

 

Celebramos, cantamos, contamos historias y anécdotas nuestras que ninguno sabía, incluso mi hermana estaba más contenta y alegre de lo normal, no quería que este día terminara hasta que empezó a oscurecer.

 

Mi padre empezó a recoger las cosas junto con mi madre, pero antes de irnos quise meterme un poco al bosque para recordar su olor y verlo antes de irnos, mi padre me dijo que lo hiciera rápido ya que no tardaba en anochecer a lo cual mi hermana dijo que me acompañaba para que no me perdiera.

 

Al entrar sentí una calma muy grande, una paz que me alejaba de las cosas malas que empezaron a ocurrir en la ciudad. Mientras me relajaba mi hermana se retiro de conmigo un momento para fotografiar con su celular unas flores que le encantaron. Cuando se fue, escuché unos maullidos que se acercaban atreves de las plantas, cuando me di cuenta que era un gato negro que había aparecido de entre el bosque. El gato se puso frente a mí, mirándome con sus ojos amarillos y penetrantes hasta que se acercó y empezó a tallarse en mis piernas mientras ronroneaba. Yo nunca fui de gatos, pero éste me gustó. Cuando me agaché para acariciarlo me di cuenta que tenía un collar con un medallón, a lo que pensé que era su nombre y se había perdido, pero no había ningún nombre ni número, sino un símbolo similar a un ojo, si mal no recuerdo de las clases de historia estaba seguro que ese símbolo era un ojo egipcio, pero no ponía mucha atención a esa clase así que no estuve seguro.

 

Mi hermana vino hacia a mi mientras miraba su celular, me enderecé y voltee para mencionarle que encontré a un gato, pero cuando ella me miró y volteó hacia donde apuntaba donde estaba el gato me respondió.

 

¿Cuál gato?—

 

Cuando dijo eso mi sonriso se volvió cara de duda, volteé a donde estaba el gato y vi que ya no estaba ahí. En ese momento escuchamos unos gritos y una clase de disparos en dirección hacia con nuestros padrea, razón por la que fuimos corriendo asustados hacia donde estaban ellos. Cuando llegamos vimos lo peor.

 

Unos hombres vestidos de negro con máscaras tipo pasamontañas estaban en el lugar del picnic, en el suelo estaban nuestros padres tirados cubiertos de sangre. En ese momento me quedé mudo, como si el tiempo se detuviera y viera y escuchara todo en cámara lenta, hasta que volví a reaccionar por los gritos de mi hermana que estaba siendo alzada y sujetada por uno de esos hombres que aparecieron de la nada. Yo fui corriendo hacia con mi hermana y empecé a tratar de detener a ese hombre golpeándolo y jalando a mi hermana hasta que sentí un fuerte golpe en mi nuca haciendo que todo se volviera oscuro.

 

Cuando volví a abrir los ojos estaba en un cuarto oscuro, con muy poca luz de unos pequeños focos amarillentos, gris, muy sucio y estaba rodeado de otros chicos como yo con sus ropas rasgadas y sucias. Cundo vi todo eso me acerqué a la puerta de metal, golpeándola y gritanto:

 

¡Ey, déjenme salir!—

 

Golpeaba y gritaba cada vez más fuerte, pidiendo saber también donde estaba mi hermana y que les habían hecho a mis padres, hasta que se prendieron las luces de atrás de la puerta y en el cuarto se encendieron unas luces blancas muy cegadoras. La puerta se abrió rápidamente y lo primero que sentí fue una patada muy fuerte que hizo que retrocediera básicamente al suelo.

 

Será mejor que dejen de gritar, llorar y cualquier cosa que se les ocurra, nadie vendrá, si vuelven a molestar les cortaré el cuello yo mismo— menciona un hombre vestido de traje con un pasamontaña negro, que al terminar de decir sus amenazas cierra la puerta bruscamente y apaga las luces.

 

En ese momento algunos niños de ahí empiezan a llorar en silencio, mencionan a sus mamás, algunos por el miedo y la desesperación quedaron mudos con su vista ida, hasta que vi a uno de ellos sentado tranquilamente abrazando sus rodillas con una cara demasiado tranquila y serena, podría jurar que estaba feliz de una forma callada.

 

Ten un poco, no darán de comer hasta mañana— uno de los chicos de allí me acerca un trozo de pan para comer.

Gracias, soy B… Oliver, me llamo Oliver— le respondo al chico extendiendo mi mano para saludarlo.

Yo soy Sean— me responde estrechando mi mano tratando de hacer una sonrisa, pero en sus ojos se veía la tristeza y el dolor que sentía tratando de ocultarlo con este gesto de amabilidad hacia mí.

 

Realmente no se por qué no le dije mi nombre real, lo único que pensaba era en mi hermana, si estaba bien o no.

 

¿Tú sabes que es este lugar o en donde estamos?— le pregunté a Sean en silencio.

No lo sé tampoco, llevo aquí una semana y lo único que conozco es este cuarto—

—¿Sólo este cuarto?¿No has visto que hay afuera de esta puerta, ni siquiera los baños a algo?— pregunté a Sean tratando de saber algo que me diera claridad del lugar.

Por la rendija de debajo de la puerta nos pasan una bacinica de metal par a hacer nuestras necesidades, nadie a salido de este cuarto, cuando salen no vuelven jamás— me respondió Sean con una cara triste y pensativa.

 

Al voltear a mi alrededor vi que en la habitación solamente había chicos de mi edad.

 

¿Solamente hay hombres?—

Las mujeres las llevan a otros sitios, no sabemos realmente donde están pero a veces en la noche se escuchan gritos de mujer a lo lejos—

 

Al escuchar eso sentí un vacío de terror en mi corazón, mi hermana podría estar en un peor peligro que yo.

 

Pero alguien debe saber algo de aquí— mencioné a Sean con una postura de súplica y desesperación.

Solamente sé que ese chico es el primero en estar aquí, nunca habla, ni siquiera come o hace del baño, solamente se queda sentado y mirando la puerta— Sean señala al extraño chico que había visto antes.

 

Cautelosamente me acerco a ese chico extraño, pero antes de yo emitir alguna palabra el chico extraño habla:

 

No te llamas Oliver— menciona el chico extraño con una sonrisa sin perturbar su posición y mirando hacia la puerta.

¿Cómo dices?— respondo de forma consternada ya que no sabía que estaba ocurriendo.

Tu nombre no es Oliver, pero necesitaremos a Oliver por lo que está por venir— responde el chico extraño.

¿De qué estas hablando?— respondo de forma consternada.

Lo sabrás en la mañana, duerme— al momento de escuchar esa respuesta empiezo a tener un sueño y cansancio tan fuerte que me quede dormido en el suelo plácidamente.

 

A la mañana siguiente, si es que es la mañana, despierto con los gritos y avisos de la comida que pasan por la rendija debajo de la puerta, en eso me levanto y veo al chico extraño sentado junto a mí volteando a verme.

 

Ya despertaste—

 

El chico era de una tes morena brillosa, como un café claro pero muy fino, su cabello era corto y negro, pero lo que más me llamo la atención eran sus ojos, sus ojos eran de un azul muy fuerte que parecieran que tuviera luz propia.

 

¿Quién eres tú?— pregunté con una sensación de incertidumbre.

Me llamo Inpu— me responde de forma cortés con una sonrisa y sin ningún atisbo de miedo, terror o algo que no fuera serenidad y tranquilidad.

¿Inpu?, ¿no eres de aquí verdad?—

—Soy de muy lejos de aquí—

¿Cómo sabes que no me llamo Oliver

—Se muchas cosas Oliver, tantas que no comprenderías— menciona Inpu de una forma inquietante.

¿Qué es este lugar? ¿Cómo llegaste aquí?— pregunto de forma rápida con ansias de conocer la respuesta.

Nadie me trajo, yo vine aquí, este lugar sabrás lo que es a su tiempo— menciona de una forma muy misteriosa que no puedo descifrar realmente que es lo que dices.

 

—¿A que te refieres con que tú viniste aquí?— pregunto con una gran duda a lo que se refería.

Estaba esperando al ladrón para salir de aquí, el ciclo está llegando a su fin, te estamos buscando para encontrar la llave— responde de una forma que no puedo entender.

¿Ladrón, llave, no entiendo nada?—

—Lo entenderás a su momento, ¿eres bueno robando sin que se den cuenta no?, si quieres salir de aquí y llegar hacia con tu hermana debes hacer que el guardia vuelva entrar y quitarle las llaves solo así podrás hacerlo— su respuesta me causa más asombro e incertidumbre que calma, ¿Cómo es que sabe de mi hermana y de mis habilidades de robo?

 

Tenía más dudas que respuestas de ese chico extraño, pero quería encontrar a mi hermana lo más rápido posible. Así que volví a golpear la puerta y a gritar para que volviera a entrar el guardia.

 

Al hacer esto las luces se encendieron, me retire de la puerta para tener una mejor posición, al entrar el guardia me abalancé contra él golpeando y exigiendo saber de mi hermana, a lo cual el guarda me tomo del cuello, me dio un fuerte golpe en el estomago haciendo que se me fuera todo el aire y quedando tirado en el suelo. Después de eso el guardia se fue cerrando fuertemente la puerta y apagando las luces.

 

Supongo que ya tienes las llaves ¿no es así?— pregunta Inpu mientras levanto mi mano con las llaves. Inpu sonríe a lo cual responde.

Tu hermana estará esperándote, tienes que encontrarla antes, de esa forma estarás listo para lo que viene— su repuesta me causa una duda desconcertante.

Tengo que sacar a todos primero de aquí, ¿A que te refieres con estar listo?—

—Hacia donde está tu hermana está en el centro del lugar, necesitarás las llaves para llegar allí, nosotros no podemos salir de aquí sin esas llaves, si la puerta está abierta por mucho tiempo sonará una alarma, cuando encuentres a tu hermana volverás con nosotros y saldremos de aquí— menciona Inpu con una tranquilidad y serenidad que en vez de causar tranquilidad causa desconcierto.

 

—¿Cómo sabes todo eso?—

—Encontrarás a tu hermana y no te gustará lo que verás, pero tienes que saber que ella ya no está aquí, está en un lugar mejor, yo lo sé porque yo mismo la llevé allí—

¿A que te refieres con que un lugar mejor?—

—La muerte es sólo el comienzo, aquí es tu fin también, pero renacerás nuevamente para un propósito mayor, ve rápido que no queda mucho tiempo—

 

No estaba entendiendo realmente que lo que estaba diciendo Inpu, así que cerré la puerta dejándolos adentro y fui rápido a buscar a mi hermana. Había muchos pasillos, corría rápido de forma en que no hacía ruido y no me viera nadie, por fortuna no habían personas en los pasillos.

 

Todo el lugar estaba hecho de ese concreto grisáceo y sucio, pareciera que estuviera bajo tierra, todos los lugares se parecían y sentía que estaba perdido, hasta que escuché un maullido familiar. Lo lejos del pasillo apareció el gato negro que había encontrado en el bosque antes de que todo esto ocurriera.

 

Pareciera que el gato me estaba guiando por el lugar, yo lo seguía atentamente hasta que llegué a una puerta en donde el gato la rascaba como si estuviera indicando que ese era el lugar. Abrí la puerta y lo que vi fue tenebroso.

 

El lugar estaba hecho de rocas, pareciera que era el interior de una montaña o una cueva grande y en el centro había una mesa de piedra en donde la pared central estaba tallado una especie de porta velas de varios brazos, pero en el centro de la mesa estaba un extraño cubo negro parado en una de las puntas.

 

Alrededor de la mesa había mucha sangre, demasiada, en una de las esquinas del lugar habían barriles en donde en su interior habían agujas filosas cuyo propósito no me imagino cuál debe ser. El gato entró y empezó a caminar un un pasillo que había al otro lado del lugar, a lo cual lo seguí. Las paredes eran de piedra y al igual que ese extraño salón todo estaba iluminado con focos de luz blanca. Al llegar al final del pasillo vi una escena que jamás olvidaré.

 

En el lugar había cadáveres chicas denudas, colgadas de cabeza como si fuera una carnicería con los pechos amputados y con muchas cortadas en el cuerpo como si quisieran desangrarlas hasta la última gota.

 

Mi impresión fue tan grande que grité del horror y vomité por la impresión, al terminar pensé en mi hermana y rápidamente recorrí el lugar hasta encontrarla, jamás debí entrar a ese lugar.

 

Al final de ese lugar encontré una mujer desnuda crucificada en una cruz de madera, con varias cortadas y con los pechos arrancados, esa chica era mi hermana. Rompí fuertemente en llanto, acercándome a ella y besando sus pies pidiendo su perdón por no poder protegerla, por no poder ser un mejor hermano para cuidarla.

 

En ese momento levanto la mirada, llena de lágrimas todavía jadeando del llanto y la impotencia de lo ocurrido hasta que escucho una alarma, sabían que me había escapado. Miro rápidamente al lugar buscando al gato pero ya no estaba allí, no iba a perder el tiempo tratando de encontrarlo así que salgo rápidamente del lugar sin antes voltear una última vez hacia con mi hermana susurrando hacia ella.

 

Lo lamento hermanita—

 

Salgo corriendo hacia la celda donde estaba con Sean, Inpu y los demás mientras escucho a lo lejos pasos de botas y gritos de hombres que se estaban acercando a mi. Al llegar a la celda la abro y veo que todos estaban en la esquina derecha de la celda amontonados y asustados.

 

Soy yo no se asusten, los sacaré de aquí— Sean responde.

—Inpu me pidió que te dijera que no te sintieras mal por ella, que no tienes porqué pedirle perdón, que sabe que hiciste todo a tu alcance y que siempre has sido y eres el mejor hermano que pudo tener, pero que te perdona si eso te hace sentir mejor— al escuchar eso mis ojos se empiezan ahogar en lágrimas.

 

Volteo alrededor y veo que sí, Inpu no estaba.

 

¿Dónde está Inpu?— le pregunto a Sean.

Se fue a esa esquina y desapareció, dijo que traerá unos amigos suyos para poder salir de aquí, que nos esperemos hasta que nuestro pequeño amiguito negro aparezca para salir de aquí— responde Sean apuntando a una esquina de la habitación que pareciera la oscuridad lo había devorado, no se veía nada, ni siquiera la poca luz de la habitación podía iluminar esa esquina.

 

En ese momento abren fuertemente la habitación, entran unos hombres de negro armados.

 

Veo que tratan de escapar—en eso el hombre ve que yo tengo las llaves.

¿Tu fuiste quien salió a dar un paseo por el lugar?, bueno, conseguiremos a otro mocoso, ya no eres necesario— el hombre levanta su arma apuntándome listo para disparar hasta que escucho un gruñido.

 

El hombre baja su arma consternado junto con sus compañeros viendo a la esquina oscura hasta que ven salir algo de ahí.

 

De la esquina oscura aparece una especie de perro enorme, el perro pareciera que su cuerpo estaba formado por una especie de humo, como el humo que aparece cuando quemas carbón, aunque despedían de su ser ese humo oscura no perdían su figura de caninos y podía distinguirse muy bien que eran una especie de perro gigantesco. Su hocico estaba babeante y sus colmillos, amarillentos y descarnados, se mostraban gigantes y amenazantes, no tenia ojos pero en el lugar donde debían estar sus ojos se mostraba una luz como si en su interior hubiera un incendio.

 

El perro empezó hacer una especie de ladrido similar a los lobos acercándose lentamente a los hombres de la puerta. En ese momento otros dos perros salieron de la esquina oscura situándose atrás y a los lados del primer perro mostrándose de forma muy amenazante hacia los hombres.

 

En ese instante el primer hombre que entro a la habitación, con su cara llena de terror empezó a gritar y a disparar en contra de los perros. En ese momento los perros rugieron y se abalanzaron de una forma tan rápida que al chocar con los sombres con sus colmillos los despedazaban casi al instante. Los perros empezaron a ladrar, rugir y a correr por todo el lugar, solamente podíamos escuchar ladridos, rugidos, gritos y disparos por todos lados.

 

Cuando todo se quedó en silencia un pequeño gato se apareció en la muerta maullando frente a todos. Lo empezamos a seguir atreves del lugar, en los pasillos se podían ver marcas de garras, sangre y cuerpos despedazados por todo el lugar.

 

El gato se detuvo en una puerta en cuya ventanita se podía apreciar que había luz, pero no cualquier luz, sino luz del exterior. En ese instante con las llaves abro la puerta y vemos pasto y árboles al fondo, estábamos fuera del lugar.

 

Todos corrieron felices y gritando de emoción hacia el pasto, tirándose en el suelo y bailando de felicidad. Muy a lo lejos se escuchan sirenas, la ayuda venía en camino. En eso Sean se acerca a mí y me dice.

 

Inpu me dijo que siguieras al amiguito de negro si querías saber más sobre la verdad—

 

En ese momento veo al gato saliendo de entre los árboles como esperando mi decisión. Mi familia se había ido, todo lo que amaba y quería se fue, todo lo que me quedaba era un futuro extraño e incierto. Quien era antes había muerto en ese lugar oscuro junto con mi hermana, ahora soy alguien totalmente diferente.

 

Cuídate mucho Sean— le respondo a ese amigo del cuarto oscuro mientra lo abrazaba.

Tú también cuídate Olie— respondiendo el abrazo que le dí.

 

Me retiro de todos ahí y empiezo a seguir al gato por el bosque hasta que en una parte me encuentro a un hombre vestido con un traje negro muy alto, el hombre voltea y me sonríe.

 

El hombre era de tes morena, ojos muy azules y tenía pelo negro largo, su mandíbula esa cuadrada. Su traje era muy elegante y en su cuello colgaba una especie de cruz, pero en la parte superior de esa cruz era un círculo, un óvalo en vertical para ser preciso.

 

¿Inpu?— respondo sorprendido y consternado al ver lo que veo.

Me han conocido por muchos nombres, pero en mi tierra natal me conocen por ese—

 

No estoy seguro si comprenderé lo que sea que vaya a pasar, pero antes de todo tenía que saciar una duda.

 

¿Mi hermana, mis padres estarán bien?, ¿Los volveré a ver?—

—Todos volvemos al origen de donde venimos, ellos estarán esperando—

 

Inpu extiende su mano hacia mi mostrándome una sonrisa que me llenaba ya no de incertidumbre como las otras veces, sino de tranquilidad y felicidad, como si supiera que lo que sea que viniera de aquí en adelante fuera algo que cambiaría todo para mejor.

 

Tomo su mano e Inpu responde

Hat Pu Mut—

—La Muerte es sólo el Comienzo—





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