1 Dulce Gatito por Velkan Corvinus
Por Velkan Corvinus "el Viejo"
(Primera publicación en la revista "Acephale No. 5"; Cuento 1ro de la línea principal del Codex Tempesta)
Dulce Gatito
¡Es muy divertido el
Reino Dulce!, tengo muchas amigas aquí.
Me llamo Lizzy, vivimos
en el Reino Dulce. Mis amigas son Veronica, Julia, Ana, Mary, Bety y Silvia,
son mis mejores amigas, aunque son las únicas que conozco. El Reino Dulce está
cuidado por las Princesas de Caramelo, ellas son niñas como nosotras, pero más
altas, están vestidas de blanco con rayas rojas ¡Como bastones de Navidad! pero
ellas no hablan con nosotras y siempre sus caras son muy frías, como los
cubitos de hielo que pones a un refresco, a veces pienso que están tristes,
pero Joe nos dice que no, sólo están cansadas por tanto protegernos.
Joe es el mejor amigo de
todas, es un oso enorme y calientito, siempre nos abraza y juega con nosotras.
Joe nos dice que está aquí para protegernos de las cosas malas de afuera, ¡Al
igual que las Princesas de Caramelo!
Joe nos dice que el mundo
de afuera es gris y peligroso para niñas como nosotras, y hay monstruos afuera
que nos harían daño si quisieran, pero con Joe de nuestro lado, y las Princesas
de Caramelo cuidándonos ¡Quién se atrevería a hacernos daño!
En nuestro reino tenemos
un jardín con preciosísimas flores, rosas, tulipanes y muchas plantas más,
además de una fuente en la cual jugamos mis amigas y yo y nos mojamos. A Joe le
divierte esos juegos, y no solo eso, ¡Juega con nosotras! es un poco brusco y
encimoso cuando juega, pero que se puede esperar de un oso, ellos son así.
Un día estuve en la banca
del jardín sentada mientras Joe abrasaba amorosamente a Julia, estaba meditando
viendo el cielo azul y perdiéndome en mis pensamientos cuando escuché un ruido
detrás de mí. No sabía que era, se escuchaba como algo pequeño, cuando me asome
no lo podía creer ¡Era un gatito!
Joe nos prohíbe tener
mascotas ya que nos dice que pueden ser peligrosas para nosotras ya que vienen
del mundo exterior, pero era una cosita tan linda de gato. Era un gato negro
con los ojos redondotes y amarillos y le gusta maullar mucho además de jugar
con mis agujetas. Vi que estaba perdido así que lo decidí adoptar. A escondidas
lo llevé con mis amigas ya que Joe se fue y las Princesas de Caramelo no estaban
cercas y se los mostré, ¡todas quedaron enamoradas de él!, decidimos
quedárnoslo en secreto y lo llamamos “Manchita”, porque perece una manchita
desde lejos.
Ya estaba por anochecer y
teníamos que estar en nuestros cuartos rápido porque Joe se pone mal en la
noche. Cuando es de noche Joe toma una medicina que lo pone mal y solo las Princesas
de Caramelo están ahí para apoyarlo, tal vez es por eso que ellas se ven
tristes, el ver a alguien tan lindo como Joe sufrir así cualquiera se pondría
triste.
Teníamos ya nuestra
rutina, cuando nos despertábamos veíamos si no estaba Joe o las Princesas
cercas y sacábamos a Manchita de su escondite y jugábamos un rato con él.
Después lo escondíamos otra vez e íbamos a comer, guardábamos un poco de comida
para darle a Manchita y que no le diera hambre. Cuando terminábamos salíamos al
jardín del reino a jugar con Manchita, ¡Nos divertíamos mucho!, pero un día no
nos percatamos y las Princesas nos vieron jugar con Manchita, pero hubo algo
extraño, ¡nos dejaron seguir jugando con él, no les importó! Todas nos quedamos
como wow, al parecer las Princesas estaban de acuerdo en que nosotras tengamos
a Manchita, y dado que no hablan mucho dudo que le digan a Joe, además ellas se
encargan de vigilar al reino no a un indefenso gatito.
Después de ser
descubiertas por las Princesas y que nos hayan dejado tener al gatito, ya
podíamos jugar sin preocupaciones con el todo el tiempo ya que Joe no está todo
el tiempo en el reino así que no tenemos que preocuparnos tanto. Eso es raro,
Joe desaparece a veces y no está por ningún lado, le hemos preguntado a las
Princesas y ellas no nos dicen nada, solamente que sigamos con lo que estábamos
haciendo nada más.
Un día nos íbamos a
nuestro cuarto a jugar serpientes y escaleras, un juego muy divertido porque ¡nunca
sabes lo que puede pasar! Cuando las demás se adelantaron vi que Manchita se
quedó quieto viendo la puerta del sótano. El sótano es un lugar prohibido para
nosotras, Joe dice que ahí es un lugar oscuro y peligroso y que niñas como nosotras
nunca deben entrar ahí. Mientras acompañaba a Manchita viendo la puerta del
sótano escuché la voz de Joe a lo lejos lo cual me asustó ya que Manchita
estaba aquí a la vista, así que tomé a Manchita y rápido subí al cuarto de mis
amigas y lo escondimos bien ya que era la hora de la medicina.
La hora de la medicina es
algo que Joe nos da para no enfermarnos de las cosas malas de afuera que puedan
llegar invisiblemente que incluso las Princesas no puedan ver. Es una medicina
de amor al estilo Joe, como el oso amoroso que es a cada una nos examina bien
para ver quien está en peligro y una vez que escoge a una le da un abrazo de
oso muy cariñoso. Algo increíble de Joe es que el mismo genera la medicina
¡Increíble no lo creen! Pero la medicina debe estar dentro de nosotras en
nuestros corazones para que nuestros espíritus estén puros.
Algo que notamos todas es
que a Manchita no le agrada Joe, tal vez le da miedo, como Joe es un oso
gigante y Manchita un pequeño gatito es lógico que no le caiga bien, pero fuera
de eso, todo es hermoso en el Reino Dulce hasta que todo cambió.
Una noche como todas las
noches Joe tomaba su medicina, por los gritos que escuchábamos debía ser
doloroso pero esta noche era diferente. Los gritos eran más fuertes y todas nos
despertamos y paramos sin prender la luz de la habitación, incluso Manchita
estaba inquieto, maullaba y maullaba constantemente pero no mostraba miedo.
En eso se abre la puerta
rápidamente, era una Princesa de Caramelo con un rostro pálido y asustado, no
sabíamos que pasaba así que la Princesa dijo que nos llevaría a otro lugar más
bello que este, en donde podríamos jugar todo lo que quisiéramos y comer los
duces que tanto nos gustan. Estábamos emocionadas, pero nos parecía raro ver a
una Princesa actuar de esa manera, sonreía y mostraba una cara de ternura, pero
al mismo tiempo estaba llorando, debe ser lágrimas de emoción, si ese lugar es
tan bello ¡Cómo no ibas a llorar de la emoción!
La Princesa rápidamente
nos empezó a llevar a ese lugar, pero nos dijo que en silencio porque Joe
estaba teniendo una mala noche y necesitaba estar solo. Le preguntamos a la
Princesa como estaba Joe si estaba bien, y que pasa con las otras Princesas,
¿vendrán? La Princesa nos respondió que claro que Joe estaba bien y que claro
que vendrán, que estarían con nosotras para siempre y jugarían con nosotras
todo el tiempo ya que Joe se va a tener que ir a un lugar lejos de nosotras
para poder protegernos y cuidarnos desde lejos.
Todas estábamos
asombradas y queríamos parar para comprender lo que estaba pasando, pero la
Princesa nos apresuraba a seguir con nuestro camino. En un cuarto lejos del
nuestro la Princesa nos dejó y nos dijo que la esperáramos aquí, que no
hiciéramos ruido y que no le abriéramos a nadie a menos que fuera una Princesa.
Todas obedecimos y la Princesa nos besó la frente a todas acercando nuestra
frente a su boca con sus manos, en eso la Princesa cerró la puerta rápidamente
y se fue.
Todas estábamos
desconcertadas y no sabíamos que estaba pasando hasta que la incertidumbre fue
acabada con un grito de Ana que dijo
—¡Manchita!—
¡Todas quedamos atónitas!
No estaba Manchita con nosotras y estábamos preocupadas, irnos sin él jamás. Yo
decidí ir por él, aunque a todas no les agradaba la idea estábamos deacuerdo de
que teníamos que traer a Manchita, así que rápida y cuidadosamente fui hasta
nuestra habitación, pero Manchita no estaba ahí.
Los gritos se oían más
fuerte y se escuchaban cosas romperse y golpes así que me alejé lo más que pude
del lugar donde se escuchaban los gritos, fue entonces cuando corriendo vi a
Manchita. Estaba parado tranquilo frente a la puerta del sótano como la última
vez, quise tomar a Manchita, pero rápidamente salto y entró al sótano. Al
parecer la puerta no estaba cerrada así que Manchita pudo entrar y tuve que
seguirlo, el sótano estaba oscuro así que prendí la luz y vi que estaba el
sótano sólo, no había nada solamente un espejo enorme al fondo en la pared.
El espejo se veía viejo y
era en forma de un círculo alargado como si lo estiraran de arriba y abajo y
alrededor en la parte de arriba tenía palabras raras, como si el que lo
escribió no supiera escribir. Manchita estaba frente al espejo mirándolo y se
volteó a verme, empezó a caminar hacia mi maullando tiernamente. El espejo era
extraño, había luz en el sótano pero en el espejo no reflejaba nada, ni a mí,
es como si todo estuviera oscuro. Manchita empezó a ronronear y a acariciarse
en mí y luego en el espejo, es como si quisiera que me acercara. Sentía una
sensación rara como si quisiera entrar al espejo, Manchita se puso junto a mí,
me miró y se dirigió al espejo, al parecer estaba hondo, como si no hubiera un
cristal, Manchita me maulló como si quisiera que lo siguiera. Me armé de valor
y lo seguí, total, tengo que traer a Manchita después de todo y si se pierde no
lo volveríamos a ver.
13 de octubre, 12:00 am —
Down Street
—Oficial que tenemos—
dijo el detective Williams mientras se acercaba al primer oficial que atendió
la llamada de los vecinos de la calle Down Street.
—Detective buenas
noches, al parecer un caso de trata de mujeres, pederastia y un asesinato.
— dijo el oficial refiriéndose a una casa grande en frente rodeado de personas,
periodistas, camarógrafos y varias patrullas de policía además de ambulancias.
—¿Cuál es la historia?
— dijo el detective con una tranquilidad como si esto fuera lo cotidiano en
su vida o como si su experiencia fuera tan vasta que ya nada le sorprendía.
—La víctima es Joe
Hammond, hombre caucásico, robusto, de 1.90 de estatura y barbudo. Era un
conocido pastor evangélico de la zona, muy respetado y querido por la gente. Al
parecer el señor Hammond fue asesinado por una de sus “hijas” con un cuchillo,
lo apuñalo 72 veces hasta que lo mato. Por lo que se sabe el señor Hammond
tenía presa a 5 jovenes de entre 19 y 21 años y a otras 6 niñas de entre 6 y 10
años. — dijo el oficial mientras entraba a la finca con el detective y
caminaban por la casa y la escena del crimen pasando entre otros policías y
doctores forenses.
—¿Quiénes eran esas
“hijas” y las niñas? — preguntó el detective.
—Al parecer eran niñas
abandonadas que el señor Hammond rescataba, al parecer nadie sabía de eso. Por
lo que encontramos en su oficina y en su cuarto estas niñas no son las
primeras, ha estado haciendo esto por mucho tiempo. — menciono el oficial
mientras ambos salían al jardín de la casa y varios forenses y policías
revisaban el jardín.
—Quiero ver a las
niñas— el oficial lo llevó a las ambulancias donde estaban las niñas y las jovenes.
—Las jovenes tienes
contusiones y golpes, al parecer el señor Hammond era alcohólico y bebía todas
las noches lo cual hacía que se pusiera furioso y agresivo. Las jovenes
trataban de calmarlo para que no se dirigiera al cuarto de las niñas y les
hiciera algo.— dijo el oficial mientras señalaba a las jovencitas.
—Al parecer una de las
jovenes trató de sacar a las niñas de la casa pero se regresó para ayudar a sus
compañeras con el señor Hammond y las dejó escondidas en un cuarto. Según por
los testimonios de las niñas, una de ellas, Lizzy, se regresó a su cuarto para
buscar a un gato y hasta el momento no sabemos dónde está.— mencionó el
policía señalando a las niñas que estaban con facciones de desconcierto y
rareza.
—Quiero que registren
la casa, busquen en cada lugar, esa niña debe estar en alguna parte—dijo el
detective con un tono de profesionalismo y disciplina al oficial.
—Si detective—
respondió el oficial y regresó adentro de la casa.
En eso el detective se
dirige a los doctores que estaban atendiendo a las víctimas y preguntó.
—¿Cuál es el estatus? —
preguntó al doctor.
—Lo que tenemos son
heridas de golpes, rasguños y contusiones, por lo que se ve dieron fuerte
pelea. Por lo que me dicen, el señor Hammond tomo whisky con otra droga y se
puso violento diciendo que iba a matar a las niñas por lo cual las jovencitas
lucharon para detenerlo. — Dijo el doctor de unos 60 años reflejando una
experiencia amplia por varios años de carrera.
—¿Y las niñas? — preguntó
el detectivo mirando a las niñas que estaban impresionadas con la cantidad de
gente que había en el lugar.
—Por lo que las jovencitas
mencionan, las niñas vivían en una fantasía en que la casa era llamada el Reino
Dulce, el señor Hammond era el oso amoroso Joe y las jovencitas eran las
Princesas de Caramelo. Las mayores ayudaban en cierta forma a mantener la
fantasía para que no vieran la realidad de las cosas. Por lo que pude analizar
y las marcas de abuso mental y físico de las niñas hicieron que sus mentes se
protegieran buscando su salida en un mundo mágico en donde todo era bello y
todo tenía una explicación buena.—mencionó el doctor mostrando una cara de
tristeza y compasión hacia las niñas que sufrieron tal cosa.
—¡Detective, encontramos
algo! — dijo el oficial que se había marchado anteriormente.
El detective fue
rápidamente con el oficial hasta el jardín y vieron que estaban sacando de la
tierra varios huesos.
—Al parecer el señor
Hammond mató a varias niñas y las enterró en el jardín. Encontramos los
esqueletos de 13 niñas en total junto con un collar de gato en la escena—dijo
el oficial mientras los forenses tomaban muestras de los huesos.
—¿Ya sabemos algo de
la niña desaparecida? —mencionó el policía.
—Nada aún, seguimos
buscando—el oficial respondió.
El detective salió una
vez más hacia las ambulancias donde estaban las niñas.
—Hola niñas, lamento
molestarlas mi nombre es el detective Williams y vengo a ayudarlas, quisiera
preguntarles algo. ¿Saben dónde podría estar su amiga Lizzy? —preguntó el
detective con un tono cálido y amable.
—Cuando la Princesa de
Caramelo nos dejó en la habitación nos dimos cuenta que nuestro gato Manchita
no estaba con nosotras y Lizzy fue a buscarlo ya que teníamos miedo de que se perdiera
o que Joe nos lo quitara ya que era el único que no sabía que lo teníamos—
le contestó Veronica al oficial.
Mientras las niñas
terminaron de contarle sus historias con el gato y como eran sus días en el
lugar al detective, éste fue con las jovenes y les preguntó.
—Disculpa las molestias,
tengo que hacerte unas preguntas, soy el detective Williams y vengo a
ayudarlas. ¿Sabes dónde podría estar escondida Lizzy?, según por los
testimonios de las niñas deduzco que ha de estar escondida en algún lugar después
de buscar a su gato. — preguntó el detective la joven
responsable de esconder a las niñas en esa habitación.
—¿Gato? Aquí nunca
hubo un gato, y lo lamento no sé dónde podría estar—respondió la joven.
—Las niñas mencionaron
que todas ustedes menos el señor Hammond sabían de la existencia de ese gato,
que las veían jugar con él, las niñas llamaban al gato Manchita—respondió
el detective consternado de esta incongruencia.
—Si veíamos que
jugaban y que llamaban a algo Manchita, pero cuando jugaban lo hacían solas no
había nada más, pensábamos que era parte de su fantasía y preferíamos que se
mantuviera así en vez de que vieran la realidad de este infierno— respondió
la joven con lágrimas en los ojos al recordar lo que vivieron.
El detective agradeció su
cooperación y se fue con más dudas. Se dirigió a otra de las jovencitas y
preguntó.
—Bunas noches soy el
detective Williams estoy a cargo de este caso, por lo que se tu eres la que
lleva más tiempo en esta casa y sabes dónde están los lugares. ¿Sabrías donde
podría estar Lizzy si estuviera buscando a un gato?— preguntó el detective.
—No hay tantos lugares
donde podría estar, el único lugar que nunca he entrado y podría estar es en el
sótano. ¿Dijo algo sobre un gato?— preguntó las joven extrañada.
—Si, todas las niñas
mencionan que han estado jugando con un gato negro llamado Manchita estos
últimos días, y Lizzy la niña desaparecida estaba buscando a ese gato cuando ya
no se supo de ella— respondió el detective esperando aclarar esta extrañeza
en el caso.
—Si, era consciente de
que jugaban con un supuesto gato llamado Manchita, pero cuando las veía jugar
no había nada. El único gato negro que hubo fue hace años cuando tenía la edad
de esas niñas, tenía una compañera llamada Ágata, en ese momento teníamos la
idea de que estábamos siendo salvadas de morir de hambre en la calle, pues como
sabrá somos o indigentes o secuestradas por ese monstruo de Hammond. Ágata era
una niña extraña, de cabello lacio y muy negro, blanca como la nieve y con ojos
muy azules. No sabía de dónde venía, pero ahora viéndolo bien, por su
comportamiento venía de una clase acomodada y puede que extranjera porque no
hablaba nada, es probable que no entendiera el idioma. Era la favorita de
Hammond y ella trataba de esconderse cuando él la buscaba. Un día un gato negro
de ojos amarillos apareció en el jardín y rápidamente fue con Ágata, se
hicieron muy amigos. Un día ellos jugaban en el jardín y Hammond los vio, a él
no le gustaban los animales, cuando se acercó a Ágata el gato lo ataco
ferozmente como si quisiera matarlo, como si quisiera proteger a Ágata. Hammond
en un arranque de furia, agarró al gato de la cola y lo estrelló en el suelo,
luego lo agarró de la nuca y lo empezó a ahogar en la fuente. Ágata llorando y desesperada
intentó detener a Hammond pero él le dio un golpe que la saco volando hacia
atrás. Cuando Hammond sacó al gato de la fuente, tomó una navaja suiza de su
pantalón y le cortó el cuello al gato que aún respiraba un poco. Al poco tiempo
murió y Hammond lo enterró atrás en el jardín. Ágata quedó deprimida y no
volvió a jugar ni a querer comer. Una noche Ágata salió al jardín con una
botella de Whisky vacía que había en la cocina, la rompió, y con uno de los
cristales se rebanó el cuello y se suicidó. Ella fue enterrada en donde estaba
el gato y nadie volvió a hablar de eso jamás.— la joven terminó de contar
el relato con su vista hacia donde estaba el jardín.
El detective pensativo y
consternado con la historia se pudo a reflexionar hasta que un llamado lo hizo
volver en sí.
—¡Detective!,
encontramos algo— mencionó el oficial anterior al detective.
El detective antes de
seguir al oficial le preguntó a la joven.
—¿Cómo se llamaba el gato
de esa niña?—
—Nunca supimos cómo se
llamaba, y nunca nos fijamos en el collar que tenía, ahí debió estar su nombre,
aunque por lo que pude distinguir de lejos, el collar del gato tenía una
especie de dibujo, pero nunca supe que era—
El detective al escuchar
esto dejó a la joven y se dirigió con el oficial.
—Encontramos algo en
el sótano. Al parecer Lizzy estuvo aquí, encontramos un moño suyo y algo más.—
Los policías al bajar al
sótano encontraron un espejo común y corriente, que reflejaba a todos los
policías y forenses que estaban ahí.
—¿No hay alguna pista
de la niña, adonde se fue y que es este espejo? — preguntó el detective
consternado, con más dudas que respuestas.
—No aún, por los
análisis que hicieron el moño es de Lizzy, además que en el espejo y cercas de
él se encontraron lo que parecen cabellos. —
—Hagan un análisis
rápido de ADN de esos cabellos y pregunten a las niñas si ese moño lo tenía esta
noche para saber si realmente estuvo aquí— ordenó el detective con una actitud
impaciente y ya no conforme.
—¿Y este espejo que
hace aquí en un sótano vacío de cuatro paredes? —
—Aún no lo sabemos, pero
encontramos varias cartas y documentos que tiene que ver—
Los dos policías van
hacia la oficina de Hammond donde hay varios forenses indagando el lugar.
—Encontramos poemas y
cartas que escribía como fetiches eróticos hacia con las niñas, hay dos que
sobresalen, según por la información que dicen y los testimonios de las jovenes
estas dos niñas que son nombradas eran las favoritas de Hammond, una es Lizzy y
la otra es Ágata. —
—¡Ágata!—
exclamó consternado el detective con lo que escuchó.
—¿Qué documentos o
evidencia hay que nombre a esa niña Ágata?— preguntó el detective en un
tono acelerado.
—Lo que sabemos es que
Hammond tenía contacto con traficantes de menores cuya célula estaba en esta
ciudad y que a solicitud de Hammond le trajeron una niña “especial” que fue
Ágata. Buscamos en la base de datos con nuestros compañeros en el departamento
y hay registros de denuncias de desaparición de todas las niñas que han estado
aquí como secuestradas o extraviadas, pero no existe ninguna Ágata ni nadie que
haya ido a denunciar su desaparición—
En eso un forense descube
una tele oculta con una videocasetera. El detective asombrado ordena a un
policía que ponga una cinta de las que están ahí y ven la cinta. Lo que se
muestra es que está grabando la entrada del sótano por 10 horas continuas.
El detective sale
rápidamente hacia la entrada del sótano y en la pared que está en frente del
sótano ve que detrás de la tabla roca hay una cámara de vigilancia oculta. El
detective rompe la pared y ve que hay una cinta en funcionamiento, la toma y
rápidamente va a la oficina.
—Detective, encontré
algo sobre Hammond y el caso de los traficantes—
En eso el detective
silencia rápidamente al oficial y pone apresuradamente la cinta recién
encontrada. Es una grabación de varias horas durante lo ocurrido. En la cinta
se ven a las jovenes corriendo de un lado al otro y por bastante tiempo no se
ve nada. De repente aparece un gato negro en la cinta viendo tranquilo y
fijamente la puerta del sótano debajo de las escaleras que conducen hacia ese
lugar. En la escena aparece la niña desaparecida acercándose al gato hasta que
los dos se dirigen hacia el sótano, cierran la puerta y ya no se ve nada más
después que la llegada de los policías y al detective sacando la cámara.
—Lizzy entró al sótano
y ya no volvió a salir de ahí, pero ¿Cómo es que ya no está?—
—Detective, tiene que
escuchar esto. El señor Hammond estuvo en contacto con el traficante de menores
llamado Jeff Cassidy al cual llamó para comprar una niña de “alta gama” como lo
dice en el documento la cuál sería Ágata. Según los datos que nos dio el
departamento sobre este traficante, Jeff Cassidy y sus cómplices fueron
encontrados muertos y empalados en una fábrica abandonada al otro lado de la
ciudad, desnudos y ensangrentados además de estar marcados en el pecho con un
símbolo que nuestros analistas revelaron que era el “Ojo de Horus” y con
palabras escritas con la sangre de las víctimas formando un círculo que rodeaba
a los cadáveres, y esta compra que hizo Hammond de Ágata es poco antes de que
Cassidy y su gente hayan sido asesinados.—
El detective empezó a notar
que esto es más que un simple caso de pederastia. En esto los policías
encuentran más papeles y cartas de Hammond y el oficial encuentra una carta
extraña.
—Detective, aquí hay
algo. Una carta extraña de Hammond, como una anécdota—
—¿Qué dice?— pregunta el detective
impaciente.
—Al parecer Hammond
menciona que después de que Ágata murió en el sótano empezaron a ocurrir cosas
extrañas. Menciona que al entrar un día encontró un espejo que nunca estuvo
ahí. Hammond lo rompió y lo tiró, pero cada vez que lo hacía el espejo estaba
en el sótano al día siguiente intacto. Hammond no volvió a entrar al sótano y
por miedo puso una cámara vigilando el sótano hasta que no pasaron cosas
extrañas otra vez.—
En eso el detective ve un
objeto extraño en el escritorio de Hammond y ve un medallón con un símbolo en
él, el Ojo de Horus.
—El mismo símbolo que
tenían los cadáveres del caso Cassidy en sus cuerpos—
—Mire detective—
el oficial muestra una foto en donde están varias niñas con Hammond.
El detective no tarda en
darse cuenta que una de las niñas es Ágata, la descripción concuerda con el
testimonio de la joven que interrogó, pero ve algo más. En su cuello cuelga un
medallón similar al que tiene Hammond en el escritorio.
—Este medallón era de
Ágata, pero… ¡El Espejo!—
En ese instante el
detective va rápido al sótano esquivando a los policías y forenses del lugar.
El detective empieza analizar el espejo y ve una inscripción extraña en la
parte alta que dice: Vita Vestigia, Atra Sanctus, Rex Tenebris. En ese momento
el detective llama al oficial.
—Llama al
departamento, quiero saber que decían esas inscripciones escritas con sangre en
el caso de Cassidy—
—En seguida— responde
el oficial.
En ese momento llaman por
radio al detective.
—Aquí Williams—
—Detective, las niñas
confirman que el moño que se encontró en el sótano es el mismo que tenía Lizzy
durante su desaparición. —
El detective se queda
consternado viendo al espejo común y corriente que hay en el sótano.
—Que carajos está pasando
aquí—
—¡Detective!— exclama
el oficial agitado por correr —el departamento mandó la información, según
lo que decía la inscripción con sangre en el caso Cassidy es: Vita Vestiga,
Atra Sanctus, Rex Tenebris.—
Al escuchar eso, el
detective se quedó congelado. En un movimiento de mirada vio el detective la
parte del inferior del espejo y observó un detalle mínimo. En la parte alargada
inferior había tallado un símbolo, el Ojo de Horus. El detective miro el
tallado y luego miró el medallón que lo seguía sosteniendo con su mano
izquierda y se quedó impresionado y consternado. En eso el radio llama.
—Aquí Williams—
—Detective, hicimos los
análisis de los cabellos que se encontraron en el sótano, no son cabellos
humanos son pelos de animal, de gato específicamente.—
En eso el detective
recuerda lo que le dijo la joven del collar que tenía el gato, que al parecer
tenía un dibujo extraño. El detective junto con el oficial salió del sótano
hacia el jardín con los forenses.
—¿Donde está el collar
de gato encontrado junto con los huesos?—
Los forenses se lo
muestran, no había duda, el collar del gato encontrado enterrado junto con el
cadáver de Ágata tenía el mismo símbolo, el Ojo de Horus.
—¿Además de huesos
humanos, no se encontraron huesos de animal como de gato?— pregunta el
detective.
—No detective, sólo
huesos de humano, pero en la zona donde estaba ese collar ya había sido
excavado— respondió el forense
—¿Cómo?— pregunta
el detective con cara de sorpresa y confusión.
—Al parecer algo excavo,
pero por la forma de cómo se retiró la tierra no fue desde afuera sino que algo
salió de la tierra—
El detective se queda
asombrado, con una cara pálida y confundida. Empieza a caminar lentamente hacia
donde está la fuente y empieza a comprender algo. Ágata, el gato, el espejo
están relacionados con el caso Cassidy de una forma que no tiene sentido, pero
las conexiones están ahí. Lo que demostró la cinta que grababa el sótano
muestra que Lizzy junto con el gato entran al sótano y no vuelven a salir desapareciendo
al instante. En eso el detective descubre algo. El gato apareció con Lizzy de
la misma forma que con Ágata, tanto Lizzy como Ágata eran las favoritas de
Hammond y en cierta forma con los testimonios que dan las niñas el gato tenía
una conexión con Lizzy al igual que con Ágata.
Aunque estas conexiones
son evidentes y claras, el detective no encuentra ningún sentido. En eso el
oficial habla.
—Detective, esto manda
el departamento— el oficial muestra unas fotos al detective en donde se
muestra la escena del crimen del caso Cassidy, pero hay algo en la foto. En una
esquina a lo lejos justo a la entrada de la fábrica abandonada donde sucedió el
percance, aparece un gato negro sentado viendo la escena del crimen, con un
collar en el cuello mostrando un conocido símbolo.
A las afueras de la
ciudad en una choza en lo alto del monte, un anciano de larga barba blanca sale
a sentarse en su silla y fumar su pipa, mientras mira el cielo nocturno recita
unas palabras.
—Ya la encontraron, ya
están aquí—
Comentarios
Publicar un comentario